miércoles, 5 de mayo de 2010

Limón

Limón | Lemon

En la mitología griega ya se hace referencia al limonero, árbol que habitaba en el Jardín de las Hespérides, conocido como el “Árbol de las manzanas de oro”. Cuenta la historia que dicho árbol, donador de la preciada fruta de la inmortalidad, fue custodiado por Ladón, un dragón-serpiente dotado con cien cabezas. Euristeo, rey de Micenas, encargó a Hércules 12 trabajos entre los que se encontraba el robo de las manzanas de oro, hazaña que logró después de vencer al malvado Ladón. De esta leyenda procede la denominación “hesperidio”, vocablo usado para mencionar de forma genérica a los frutos cítricos.

El origen de los primeros limoneros se sitúa en la India, aunque fue extendido gracias a los musulmanes por toda Europa, sobretodo en la región mediterránea. De ahí proviene la etimología del nombre limón que procede de la palabra árabe laymun. Aún así, con el descubrimiento de América, su cultivo también llegó al Nuevo Mundo, donde hoy en día está generosamente extendido.

El limonero es un árbol pequeño perteneciente a la familia de las rutáceas que puede crecer de 3 a 6 metros de altura. Es de hoja perenne, ovada y de margen serrado. De sus ramas surgen duras espinas y brotan fragantes flores. El limón, fruto del limonero, es de color amarillo, muy jugoso y con la pulpa caracterizada por un sabor muy ácido.




Composición
El aceite esencial del limón se extrae por presión en frío de su corteza fresca. Se obtiene un líquido oleoso de color amarillo-verdoso claro, de aroma cítrico, fresco y altamente vivaz que estimula todos los sentidos. Este aceite es uno de los preferidos tanto para las mujeres como para los hombres, pues su agradable fragancia evoca a la perfección al preciado fruto.

Es uno de los aceites esenciales con rendimientos de extracción más favorables, se necesitan unos 1000 limones para producir 0,5 Kg de aceite aproximadamente.

La composición en la corteza del limón es la siguiente:

Aceite esencial (hasta 2,5%) almacenado en unas glándulas. Compuesto básicamente por limoneno, entre otros.
Cumarinas
Flavonoides. Constituyen los pigmentos que otorgan color al fruto. Muy abundantes. Destaca la quercitina.
Sustancias pécticas con poder gelificante.
Principios amargos. Como la limonina, responsable del sabor amargo del limón.
Pigmentos. Carotenos y xantofilas. Encargados de dar, junto con los flavonoides, la coloración amarilla a la corteza.
También son la razón de su enorme sensibilidad a la oxidación.
Otros principios activos. Vitamina C, entre otros.


Propiedades farmacológicas
Una de las propiedades más significativas del limón es la de mejorar la circulación en general. Actúa como tónico circulatorio gracias a la acción de los flavonoides, responsables de disminuir la permeabilidad capilar además de aumentar su resistencia. Ideal para el tratamiento de varices. Debido a esta capacidad drenante y descongestionante también ejerce una buena función como diurético, eliminando toxinas en tratamientos anticelulíticos.

Utilizado como antireumático, mediante un buen masaje, calma los dolores articulares. Asimismo es de gran ayuda frente a los dolores de crecimiento que experimentan los más pequeños.

Su intenso y fresco aroma realza el ánimo decaído durante estados depresivos o de inseguridad, aumentando la tonicidad y la fuerza vital.

Resultados cosméticos
Antiguamente ya se empleaban las flores más aromáticas junto con las cortezas de los cítricos para perfumar los baños de los más afortunados. Así mejoraban su estado de ánimo a la vez que favorecían el estado de su piel. De ahí se puede decir que nació la Aromacosmética.

Actualmente el limón de emplea generosamente en el campo de la cosmética para aromatizar cualquier tipo de preparación: jabones, aguas de colonia, perfumes, etc.
Aún así, las propiedades cosméticas que ofrece el citado cítrico son innumerables. Aporta una extraordinaria acción antioxidante gracias a la presencia de los flavonoides, sobretodo la quercitina, y la vitamina C. La actividad antiradicalaria que ofrece ayuda a preservar la piel y los cabellos frente a procesos oxidativos, contribuyendo con un efecto fotoprotector.

La vitamina C también interviene en la estimulación y la estabilidad del colágeno, dando poder cicatrizante a la vez que respalda los procesos de formación de tejidos. Excelente ingrediente en la formulación de preparados antienvejecimiento.

El extracto de limón evita una proliferación excesiva de las células presentes en la epidermis del cuero cabelludo, razón por la cual se convierte en un buen cosmético capilar anticaspa.

Debido al citado efecto drenante también resulta un aliado perfecto en preparaciones anticelulíticas. Con poder astringente, puede usarse en casos de pieles grasas y poros abiertos pues equilibra la piel disminuyendo la secreción sebácea excesiva.

Capacidad antimicrobiana
La frecuente práctica de añadir unas gotas de limón antes de comer marisco es el resultado de la capacidad antimicrobiana que presenta el fruto. El poder bactericida que aporta el limón es un buen método para garantizar el adecuado estado del marisco antes de ingerirlo.

Los ácidos orgánicos presentes en el hesperidio, especialmente el ácido cítrico y el málico, actúan como potentes desinfectantes. Por esta razón, el limón resulta muy beneficioso para tratar resfriados, infecciones de garganta, halitosis, gingivitis o caries, entre otros. En todos estos casos, en los que hay algún tipo de inflamación, ya sea en la garganta, en las encías, etc., éste ayudará a paliar los molestos síntomas que se van manifestando. Otra virtud que posee el limón es la de estimular la formación de los glóbulos blancos o leucocitos, otro motivo por el cual beneficia cualquier enfermedad infecciosa en general.

Efectos adversos
Se tiene que tener especial cuidado con los aceites esenciales que tienen su origen en los cítricos pues son altamente sensibles a la luz solar, es por esto que se les llama fotosensibles. Se debe respetar un tiempo prudente (unas horas) antes de tomar el sol después de la aplicación de un preparado que contenga algún aceite esencial cítrico, como el limón o la naranja. Por lo contrario, la piel podría alterarse presentando manchas o quemaduras.

De la misma forma, se recomienda un uso exclusivo de aceites vegetales de primera presión en frío durante los periodos de embarazo y lactancia. En tal caso, un uso inadecuado o excesivo de los aceites esenciales podría ser perjudicial, por lo que se aconseja cesar cualquier aplicación de los mismos.

Por otra parte, deben acatarse las dosis recomendadas según la zona corporal donde se aplique el producto cosmético. No se debe añadir más del 1% de aceite esencial en preparados faciales ni tampoco más del 3% en preparaciones indicadas para la zona corporal.


Anna Fàbregas Cornellà
Licenciada en Ciencias Químicas
Responsable de Calidad, Alqvimia

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