Los Aceites esenciales son unas sustancias líquidas muy concentradas que provienen de la destilación al vapor de flores, plantas, raíces, semillas o maderas nobles. Los alquimistas decían que son el alma de las plantas, su parte más luminosa y energética. Es precisamente por eso que los aceites esenciales tienen grandes virtudes cosméticas y terapéuticas. La eficacia, contundencia y rapidez de los tratamientos aromaterapéuticos depende de la pureza y calidad de los aceites esenciales.
La salud, la belleza y el bienestar son fruto de la armonía entre el cuerpo y la mente. La función de los aceites esenciales es restablecer esta armonía. Absorbidos por vía cutánea o respiratoria, las esencias pasan rápidamente a la circulación sistémica y actúan indistintamente en la parte del organismo donde son más necesitadas para restablecer la armonía perdida.
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